sábado, 14 de febrero de 2015

Amor polígamo

Cuando se habla de poligamia se hace en términos negativos. Se vincula a la sumisión y a la falta de libertad de la mujer frente al hombre, lo que hace que no pueda ser concebida como una relación amorosa. Puestos a generalizar, también podríamos caer en las comparaciones (que son odiosas) para afirmar que ocurre lo mismo con los países africanos, comúnmente percibidos por lo que les falta y no por lo que tienen. Si esto también se estuviera haciendo con la poligamia, ¿puede ser que exista, entonces, el amor polígamo?


Vía diario El Mundo.-
Aunque antropológicamente se denomina poliginia, y no poligamia, al matrimonio de un hombre con múltiples mujeres al mismo tiempo, nos referimos a este tipo de unión como poligamia porque es la más extendida. Está permitida en 47 países de África y Asia, mientras que la poliandria, el matrimonio de una mujer con más de un hombre, es menos común. El rechazo que produce es fruto de la asociación que se hace a la subordinación de la mujer al hombre, es decir, se vincula al machismo y de ahí que hoy en día sea fuente de una gran oposición. Sin embargo, la repulsa contra este tipo de unión va mucho más allá de la mentalidad de los tiempos modernos porque está ligada a un concepto de las relaciones de pareja que sólo concibe el sentimiento de amar de un modo monógamo. Una manera de entenderlo que surge como imposición en la civilización romana, se afianza en la Edad Media y se propaga por el mundo con la expansión europea, que impone a su paso su cultura por las colonias.

Ken Bugul / ULF ANDERSEN.-
Ya está concluido oficialmente el periodo colonial, pero en la actualidad la poligamia es concebida según la moral occidental que ve en ella signos de atraso social que no dejan resquicio alguno a lo que tiene que ser entendido como amor. Y entonces llega Mariètou Mbaye Biléoma, más conocida como Ken Bugul, y relaciona la poligamia no con el machismo sino con el feminismo; no con la sumisión de la mujer sino con su libertad; y además asegura que en este tipo de relación sí hay espacio para el amor. A través del libro Riwan o el camino de la arena, esta escritora senegalesa relata su experiencia al contraer matrimonio con un hombre que ya estaba casado con 27 mujeres y con el que descubrió una felicidad que no había experimentado nunca antes con sus parejas, todas ellas monógamas. Su seudónimo, Ken Bugul, que en Wolof significa ‘nadie me quiere’, debe estar más relacionado con sus anteriores amores que con su matrimonio polígamo, donde afirma encontró complicidad y afecto, placenteras relaciones sexuales y tiempo para ella misma y su desarrollo intelectual, al fin y al cabo, habían más manos para repartir las tareas cotidianas.

De vuelta a nuestro entorno, la Real Academia de la Lengua Española da hasta catorce definiciones de la palabra amor, lo que bien indica la complejidad de teorizar un sentimiento. El amor está influido, para bien o para mal, por las culturas y sus contextos; pero depende de las personas. De ahí que pueda haber machismo también en una relación monógama. De ahí que una persona pueda vivir su concepto de amor en una relación polígama. Puede pensarse que la experiencia de Ken Bugul es la excepción que confirma la regla. O puede pensarse que en el amor no existe una única regla.

lunes, 26 de enero de 2015

Las chicas son guerreras

Cuando se habla de grupos de mujeres guerreras se hace referencia a las amazonas de la mitología griega; o a las crónicas en las que los colonizadores de América del Sur describen las historias que han oído sobre unas peligrosas indígenas que viven sin hombres. En menor medida, también son conocidas las Onna bugeisha, mujeres samuráis que protegían sus aldeas cuando los hombres marchaban a la guerra. Y recientemente se ha publicado un estudio arqueológico que argumenta que en las invasiones vikingas también participaron mujeres. Sin embargo, el único ejemplo fehacientemente documentado de un ejército compuesto sólo por mujeres está en África. Son las amazonas del Reino de Dahomey.  


Las amazonas del Reino de Dahomey /Wikimedia Commons.-

República de Benín en el mapa / Foto
extraída de juventudrebelde.cu
Se conoce a las amazonas como un grupo de mujeres guerreras que defienden su territorio. Las descripciones que de ellas se han hecho las definen como independientes, protectoras, despiadadas y peligrosas. Así eran las mujeres del ejército del Reino de Dahomey, que estaba situado en la costa de lo que hoy es la República de Benín.

La historia de este antiguo Estado africano va desde el siglo XV hasta finales del XIX, un tiempo en el que fue capaz de distinguirse por ser un exitoso centro de trata de esclavos; por la omnipotencia de su monarca; y por su avanzada estructura institucional, con sistema de impuestos y ministros que debían ser consultados pese al absolutismo de su rey. En cualquier caso, nada de esto se puede comparar con la que era su mayor distinción: Sus amazonas.

Originariamente en este reino existía un grupo al que se le daba increíblemente bien la caza de elefantes. Eran mujeres. Su habilidad para dar muerte a este animal hizo que el tercer monarca del reino, Aho Houegbadja, se fijara en ellas y las nombrara cuerpo de defensa de la Corona. Con el tiempo su destreza física, su disciplina y su crueldad en la lucha las llevaron a convertirse en una auténtica tropa militar compuesta por alrededor de 5.000 mujeres. Era el ejército de las amazonas del Reino de Dahomey, cuyos soberanos utilizaron especialmente para expandir sus dominios.

Amazona de la monarquía del rey Behanzin (1889-1894) / 
Fotografía extraída de la casadelmundo.com

Cada vez que volvían de una batalla, las mujeres guerreras de Dahomey exhibían las cabezas que habían cortado en sus conquistas. Una acción que para los habitantes de esta región no suponía ninguna salvajada, de hecho no era nada del otro mundo en el sentido mismo de que en su universo, en su sistema de creencias, la vida y la muerte estaban tan unidas que los sacrificios humanos eran una festividad anual

Chica Dahomey / Fotografía de Irving Penn (1967).-
Pero la situación de invasión se dio la vuelta para este reino y cuando los franceses llegaron para conquistar Dahomey se toparon de frente con las sanguinarias guerreras, a las que no pudieron derrotar. Al menos no a la primera, porque finalmente emplearon las tropas de la Legión extranjera y contra ellas no pudieron ni las amazonas, ni el resto de cuerpos militares que empleó este Estado.

El Reino de Dahomey desapareció y su territorio fue suplantado por la bandera francesa. Excepto en lo que respecta a su insustituible ejército de mujeres.

martes, 20 de enero de 2015

El biram, historia de un sonido líquido

¿Se ha preguntado alguna vez cuántos instrumentos conoce? ¿Cuántos sonidos musicales se está perdiendo? O peor aún, ¿cuántos podría no llegar a conocer jamás? Deténgase a pensarlo y comprobará que, incluso cuando el acceso a la información está más a mano que nunca, todavía existen muchos tesoros culturales que la naturaleza no protege sino atrapa, haciéndolos inaccesibles, desconocidos. Como el biram, un instrumento con forma de barca que ha estado a punto de extinguirse, como el lago al que le canta.

Oumarou Adamou (izquierda) y Mamane Barka (derecha)
junto al biram / Foto extraída de http://www.worldmusic.net/

Lago Chad / Imagen procedente
de http://formarlazos.blogspot.com.es/.-
Hoy la rutha se detiene para escuchar el biramSuena a agua porque al agua pertenece. Hasta podría decirse que es un instrumento acuático, y no sólo por su sonido; el biram pertenece a los buduma, un grupo étnico compuesto en su mayor parte por pescadores. Desde tiempos ancestrales, los pescadores buduma del Lago Chad utilizan este instrumento de cinco cuerdas con forma de barca que se construye con madera y piel de la vaca de raza kuri. Para ellos el biram es sagrado porque es Kargila, el espíritu del lago, quien lo protege. Por este motivo no puede hacerlo sonar cualquiera, tiene que ser un maestro, una persona que se haya iniciado en el rito que supone para la etnia Buduma saber tocar este instrumento.

A pesar de la importancia del biram para este pueblo, el elevado coste de los materiales para fabricarlo y la entrada de tiempos modernos hicieron que los jóvenes dejaran de interesarse por él, hasta el punto de que sólo un anciano sabía tocarlo. Se llamaba Boukar Tar y era  un maestro sin discípulos. Así, el biram, que en la lengua de los buduma significa ‘familia’, corría el riesgo de quedarse huérfano hasta que Malam Mamane Barka lo adoptó. No pertenecía a esta etnia, pero le unía a ellos una identidad marcada por la música, de ahí que solicitara una beca a la UNESCO para dirigirse al Lago Chad, al encuentro del maestro buduma y su biram. Y de este modo en 2002, pudo comenzar los rituales de iniciación del instrumento sagrado de los Buduma. 

Mamane Barka / Fotografía de JiVe.-
Cuatro años después, Boukar Tar fallecía y Mamane Barka se convertía en el único maestro conocido del biram. Nunca antes una persona que no perteneciera a esta etnia había tocado este instrumento y nunca antes su sonido había salido de la región de los Buduma. De la mano de Mamane Barka, el biram sonó en festivales de varios países no sólo africanos, también extranjeros, y hasta fue grabado en un disco, ‘Introducing’, con el que se dio pie a que lo conociera el mundo entero.  Ahora, el salvador del Biram trabaja para que no se repita la historia dos veces y su ausencia no implique que se deje de dar vida a este instrumento.

Como todo lo que tiene que ver con el futuro, este objetivo pasa necesariamente por los jóvenes. Por ello, por un lado, quiere facilitar su acceso promoviendo la fabricación de más birams; y por otro, que éstos se introduzcan con otros géneros de música más modernos que se adapten a los gustos de las nuevas generaciones, como ya se ha hecho con la kora o el djembé.

Hay una esperanza para el futuro del biram, todo apunta a que no ocurrirá lo mismo con el lago al que le canta. En la década de los sesenta, el Lago Chad cubría una superficie de más de 25.000 km2. En la actualidad las cifras más positivas hablan de que llega a los 1.000 km2, es decir, ha perdido el 90% de su tamaño. No es sólo cosa del cambio climático, también es causa del  descomunal proyecto de regadío que Nigeria llevó a cabo entre los años sesenta y finales de los setenta, con el que se puso en riego decenas de miles de hectáreas a partir del agua de este lago.

Evolución de la superficie del lago ChadEngr. I. K. Musa, Mohammed Bila, Boubakari Mana and Chaibou Mahaman “Saving Lake Chad 

Si fuéramos budumas podríamos pensar que Karinga, el espíritu del lago, se está asfixiando y que por eso el biram ha estado en peligro. Quizás Mamane Barka sea su último suspiro y con él quiera que, al menos, se salve este instrumento; para que su sonido acuoso de vida al lago que se dejó morir.

Escucha la canción Doro Lelewa, de Malam Mamane Barka.-

viernes, 9 de enero de 2015

Las dos caras de la moneda

Una de las primeras  noticias procedentes de África en lo que va de 2015, es la de un soldado marroquí que resultó herido al pisar una de las minas terrestres diseminadas, por el Gobierno de Marruecos, a lo largo del muro que construyó en el Sáhara Occidental. Y lo que son las cosas, un mes antes de que esto ocurriera se cumplían 17 años del Tratado de Ottawa, por el que más de un centenar de Estados se comprometían a dejar de usar, almacenar, producir y transferir estas minas. Marruecos no firmó este convenio, la mayoría de los países africanos sí. Como Mozambique, que está a punto de ser un territorio libre de minas.


Dos guerras seguidas, una por la independencia de Portugal y una guerra civil, sumaron para Mozambique casi treinta años de conflicto y dos millones de minas terrestres sin desactivar. Es lo que tiene este armamento: Es creado para que dure; la mina no se desactiva porque en 1992 se haya puesto fin oficialmente a la última guerra mozambiqueña porque está diseñada para que dure al menos 50 años. Tampoco está pensada para seguir un orden, ningún tipo de orden. Ni es localizable (suele ser lanzada arbitrariamente desde un avión), ni distingue entre combatientes y civiles.


En azul, los países firmantes del Tratado de Ottawa. / Foto de la Campaña
Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres
(ICBL, por sus siglas en Inglés).-

Ratas entrenadas por APOPO. /
X.Rossi.-
Para esta nueva lucha, Mozambique ratifica el Tratado de Ottawa en 1998 y celebra dos conferencias internacionales para la revisión del compromiso de prohibir las minas terrestres. La última, realizada hace unos meses, concluye con el anuncio de Estados Unidos de que reducirá sus reservas de minas antipersona. Pero para avanzar en la desactivación, el país africano no sólo ha contado con ayuda internacional, también se ha aliado con las ratas. Son las ratas de la ONG APOPO, unos roedores enormes de origen subsahariano que son entrenados para hallar estos explosivos con su olfato y que consiguen examinar hasta 300 metros cuadrados de tierra en una hora. De ahí, que esta ONG situada en Tanzania se dirigiera a su vecina Mozambique para colaborar en la limpieza de minas del terreno. 

En la actualidad, ya son ocho de las once provincias mozambiqueñas las que están libres de minas terrestres. Una noticia que se difundía pocos días antes que la del soldado de Marruecos, también herido por una mina. En cualquier caso, ninguno de los dos acontecimientos tuvo a penas repercusión.

La información es motor de cambio. Para que una realidad se transforme es necesario que se de a conocer, pero cuando ese escenario es eternamente hostil se repudia, se abandona. Por eso es aún más vital si cabe mostrar también un argumento con el que empatizar, la cara menos desgastada para que pueda apreciarse la moneda.

Sofía y Alia Massaca, Mozambique 2007. / G.Sánchez.-

sábado, 27 de diciembre de 2014

Feliz Kwanzaa

Como la Navidad es tiempo de reunirse con la familia, hoy nos vamos de escapada navideña para visitar a los descendientes de los esclavos africanos que llegaron a América a partir del siglo XVI. Ya ha pasado Noche Buena, pero no llegamos tarde a la fiesta familiar que muchos afroamericanos celebran en estas fechas porque es precisamente cuando el día de Navidad llega a su fin que empieza la celebración de Kwanzaa.


Unidad, autodeterminación, responsabilidad, economía cooperativa, objetivos colectivos, creatividad y fe. No sólo son principios, son las siete velas que marcan los días en los que se celebra Kwanzaa, una fiesta navideña en cuanto a que coincide en fecha y espíritu. Pero sólo en eso porque aunque Kwanzaa es también tiempo de sentir más cerca a la familia, no es una festividad religiosa y, sobre todo, es un espacio para que los afroamericanos conecten con su herencia cultural e histórica. 

Familia afroamericana celebrando Kwanzaa. / Fotografía tomada de bet.com.-

Por eso, cuando el activista negro Maulana Karenga ideó en 1966 esta celebración se basó en una frase swahili: Matunda ya kwanzaa, que significa “primeros frutos de la cosecha”. Para Karenga, ya era hora de “dar a los negros la oportunidad de celebrar suhistoria, en lugar de imitar a la sociedad dominante”. Es más, llegó a afirmar que Kwanzaa era “una alternativa a la Navidad”. Eran tiempos de panafricanismo, de reforzar la cultura y la identidad africana diezmada por las diásporas, la esclavitud y la colonización.

Kinara, Kikombe cha umoja y frutos en una mesa decorada
para Kwanzaa. / Fotografía de Tiana Reid.-
Pero, como suele ocurrir, con el tiempo los movimientos de exaltación (para bien o para mal) se calman. En la actualidad, los dos millones de personas que se calcula que celebran Kwanzaa lo hacen compaginándola con otras fiestas de carácter religioso, como la Navidad. Y lo hacen sin dejar de mantener intacta la filosofía con la que se creó, en la que precisamente recuperando el carácter de comunidad de su cultura tradicional se refuerza la identidad de un colectivo al que también pertenecen. Así, cada uno de los siete días que dura esta celebración, los descendientes de los africanos encienden una vela de la kinara (el nombre que se le da al candelabro utilizado para esta fiesta) rescatando del tiempo cada uno de los valores de su cultura tradicional. Hoy, por ejemplo, se da luz a la autodeterminación con la llama de la segunda de las siete velas que se encienden en unas casas decoradas para la ocasión con telas africanas y frutas frescas que representan esos primeros frutos de la cosecha que dan nombre a Kwanzaa. También se rinde respeto y gratitud a los antepasados bebiendo del kikombe cha umoja, un cáliz que se va pasando de unos a otros hasta que toda la familia ha bebido. 

De esta manera, los afroamericanos incorporan elementos de su herencia cultural, de su propia historia, para reforzar una identidad que no se ha perdido. Como los árboles, que con el tiempo acogen hojas y flores a su copa, pero que sin sus raíces no tendrían razón de ser. 

Libro y sellos estadounidenses con motivo de Kwanzaa.

martes, 11 de noviembre de 2014

A golpe de clic

Hay algo más extendido en África que cualquier enfermedad contagiosa. Este continente lo que irradia es juventud, tanto que la media de edad de la población de la mayoría de los países no llega a los veinte años. Hoy yo también voy a generalizar, voy a hablar de una lucha encabezada por los jóvenes africanos que se está expandiendo por todo el continente y lo está haciendo a golpe de clic.


Para que un movimiento ciudadano desarrollado en África se diera a conocer fueron necesarias inmolaciones y dictadores que huían del país. Y, como si esto no fuera ya lo suficientemente llamativo, además se le puso un nombre: ‘Primavera Árabe’, el complemento perfecto para presentar en sociedad este levantamiento popular. Sin embargo, antes de que esto ocurriera ya unos kenianos revolucionaron la red hasta tal punto que fueron nombrados Mejor Weblog 2010 por los prestigiosos Premios BOBs (The Best of The Blogs), que anualmente nominan a los mejores plataformas del mundo comprometidas con el activismo en Internet. En esa edición el galardón fue a parar a Kenia, concretamente al software Ushahidi, que en swahili significa ‘testigo’. Una denominación que se ajusta bien al servicio que ofrece esta plataforma a la que los ciudadanos envían información, que una vez contrastada, es volcada a un mapa interactivo para mostrar la evolución de un acontecimiento en tiempo real. De esta manera, todos podemos ser testigos de situaciones que habitualmente ignoramos.

A esta idea se sumó Wonzomai, en Costa de Marfil; o Blogging Ghana, quienes han visto tal participación ciudadana a través de la creación de blogs, que han lanzado una campaña para crear un centro de medios sociales donde interactuar y lanzar ideas en común. Todo esto ocurría en África antes de la 'Primavera Árabe', pero ya en pleno proceso de revolución social en Túnez se crea el partido Movimiento de los Jóvenes Patriotas Tunecinos, también llamado“el partido de Facebook” porque cuenta con 34.000 ‘Me gusta’ frente a sus 15.000 afiliados.

Infografía tomada de la web de Africtivistes.-
Ahora la web africtivistes.org pretende reunir a todos los jóvenes activistas africanos para dar difusión a sus causas sociales en Internet. Detrás de esta página está el blogero Cheikh Fall, quien también formó parte de la plataforma Sunu2012 que contribuyó a impedir en Senegal la reelección de Abdoulaye Wade, tras once años en el poder. También en 2012, en la República Democrática del Congo, se crea el movimiento juvenil LUCHA que denuncia la violencia y la falta de recursos básicos que sufre este país. Sus casi 10.000 ‘Me gusta’ en la conocida red social no son en vano: en junio de este año lograron movilizar a 3.000 personas para reclamar agua potable en Goma, capital de Kivu del Norte.



Fotografías de la campaña 'Goma quiere agua'
de LUCHA / facebook.com/lucha.rdcongo
Prepárense. Remuévanse en sus sillones gobernadores perpetuos, aflójense la corbata magnates de multinacionales porque a lo lejos ya se perciben transformaciones en los países africanos; aunque por ahora sólo se escuchen miles de clics.

martes, 4 de noviembre de 2014

El poder del sexo

“Ningún hombre, ni amante, ni marido se acercará a mi descapullado”, así empiezan los votos de Lisístrata, la protagonista que da nombre al clásico griego de Aristófenes en el que las mujeres de Grecia emprenden una huelga de sexo. Es ficción; pero en África está muy viva. Tanto que este juramento, escrito hace 2.400 años, acaba de ser resucitado en Sudán del Sur.


Mujeres de Sudán del Sur / Foto tomada de librered.net.-
El país más joven del mundo tiene sólo tiene tres años y ya está en guerra. En diciembre de 2013, un golpe de Estado llevó a Sudán del Sur a un conflicto queha dejado cientos de muertos y miles de desplazados. Además, su población prácticamente ha empatado una guerra con otra porque, desde 1955 hasta 2011, este territorio luchó hasta conseguir independizarse de Sudán. Por ello, no es de extrañar que los sudaneses del sur estén hartos de tanta batallita. Sobre todo sus mujeres, quienes han sufrido innumerables violaciones sexuales usadas como arma de guerra entre familias de uno y otro bando.

Ahora un grupo de activistas por la paz ha hecho un llamamiento a todas sus compatriotas para que no mantengan relaciones sexuales con sus parejas hasta que acabe la guerra civil. Y esta es sólo la primera acción; tal y como han señalado expertos internacionales, la huelga de sexo puede ayudar a establecer la paz pero no será efectiva si no va acompañada de otras estrategias. Por eso, las pacifistas de Sudán del Sur están intentando unir a sus filas a las mujeres de los dos líderes enfrentados para que presionen a sus maridos en pro de una reconciliación nacional.
Leymah Gbowee es una trabajadora social liberiana.
Encabezó las protestas femeninas contra la violencia en Liberia.
En 2011, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. / Foto
tomada de TV5 Specials,-

El boicot sexual no sólo ha sido utilizado en este país, antes también en Togo, y en Kenia y Liberia, donde empezó este fenómeno que más tarde se imitaría en países de América, Europa y Asia. No es para menos, Liberia puso fin a catorce años de guerra civil tras una serie de protestas femeninas, entre las que se encontraba precisamente la huelga de sexo.                          

Si algo tienen en común los 54 países que componen África, más aún que el hambre, la pobreza, las enfermedades o los conflictos, es la capacidad de la mujer africana para sacar adelante todo lo que se proponga. En cuestiones bélicas, con este tipo de iniciativas logra hacer de las olvidadas guerras del continente algo llamativo, lo que demuestra que su arma de mujer trasciende la cama para conseguir algo tan difícil como poner los problemas de los países africanos en el mapa.