martes, 29 de octubre de 2013

El origen africano del cubismo

El cubismo llegó al arte para revolucionarlo. Rompiendo con las disciplinas tradicionales ancladas en convenciones artísticas ya demasiado instauradas y explotadas, este movimiento fundamentalmente pictórico abrió las puertas de par en par a las vanguardias del siglo XX. Si hay un representante por excelencia del cubismo ese es Pablo Picasso. El artista de Málaga a través de su obra Las señoritas de Avignon da pie a un nuevo punto de partida en el arte europeo. Puede ser que no les esté contando nada nuevo hasta ahora, pero lo que no todos saben es que para terminar este cuadro que postergaría a Picasso como uno de los creadores del movimiento cubista, el pintor español se inspiró en el arte africano.

Seguro que todos conocen a Las señoritas de Avignon. Es ese óleo pintado por Picasso en el que aparecen cinco mujeres desnudas, ya dibujadas con las formas marcadas por líneas claro-oscuras que a partir de entonces estarían presentes en sus creaciones. En este cuadro, el pintos abandona el realismo y el ideal del cuerpo femenino instaurado hasta el momento, y reduce la obra a un conjunto de planos angulares que suponen el comienzo del cubismo. Su paleta de azules y tonos ocres y rojizos característicos de su época rosa, no son suficientes para frenar una crudeza que ya se apoderaría para siempre de su trabajo.

Las señoritas de Avignon, Picasso(1907).-

 Aunque comenzó esta pintura en el año 1906, no fue hasta mediados de 1907 que inició el lienzo definitivo. Muchas modificaciones vio la obra en este tiempo, hasta que el artista español visitó el Museo de Etnografía del Palacio del Trocaderode París. Por aquel entonces, Francia estaba inmersa en la colonización de territorios africanos y para hacer apología de su causa decidió llevar a la metrópolis las piezas de artesanía encontradas en el continente negro. Véase aquí la diferencia entre artesanía y arte. Las esculturas africanas que los franceses mostraron en el Museo etnográfico eran el argumento en el que éstos pretendían apoyarse para defender la necesidad de civilizar a los salvajes de África. Aquello no se regía por los cánones estéticos de belleza establecidos por Occidente, era un material que demostraba el bajo nivel de la cultura africana, lo que daba potestad, a su vez, a la colonización. Sin embargo, Picasso no puedo evitar embriagarse del arte africano e hizo de él su fuente de inspiración.
Pintura Cabeza de mujer, de Picasso (a la izquierda).
Máscara Fang (a la derecha)
El descubrimiento del arte 'no-occidental' dio un nuevo empuje a Las señoritas de Avignon, modificando el rostro de algunas de las mujeres, justo las que tienen aspecto más cubista, y plasmando su cara con forma de máscara. Eran las máscaras de la cultura de la etnia africana de los Fang que el pintor había visto en el museo. Una vinculación con el arte negro que el malagueño siempre negó, pero que se puede apreciar también en el rostro de la figura de la izquierda, cuyo perfil recuerda a las pinturas egipcias. Con estas señoritas nació el periodo protocubista, también conocido como periodo africano o periodo negro, que dio paso al inicio del cubismo.
Tal era la novedad que contenía esta obra, que Picasso no se atrevió a exponerla hasta pasados nueve años desde su creación. Suponía el fin de lo establecido y el comienzo del arte moderno. Una nueva manera de mirar que finalmente vio la luz. Aunque este movimiento marcó un punto de inflexión con el arte, una ruptura con la concepción de belleza establecida, cuestionar el salvajismo de África a comienzos del siglo XX era una revolución que aún no estaba lista para desatarse. Al fin y al cabo, una cosa es aceptar que otra forma de belleza puede cautivar al mundo y otra, admitir que los cautivos llevaron a Europa la bocanada de aire fresco que su arte extasiado ansiaba.

*Puedes escuchar esta crónica en el último programa de 'Ahora África', emitido por Radiotelevisión Canaria: http://www2.rtvc.es/ProgramacionFVA/8148_AHORA%20AFRICA%20261013.mp3

lunes, 21 de octubre de 2013

Semilla de cambio

La espina dorsal de África tiene cuerpo de mujer. Ellas son el motor económico de las zonas rurales, que ocupan la mayor parte del territorio del continente. Un buen ejemplo de ello es Tanzania, donde según un informe de la Organización de las Naciones Unidas Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el ochenta por ciento de las mujeres tanzanas se dedican al sector agrícola. Una cifra que es aún más significativa cuando la agricultura representa casi la mitad del PIB  de este país africano y es la principal fuente de ingresos de la mayoría de sus habitantes. 


Fotografía de Intermon Oxfam.-
Sin embargo,. en Tanzania, las manos que trabajan la tierra no tienen derecho a poseerla, una discriminación que se extiende al ámbito empresarial, ya que si estas mujeres quieren sacar más beneficio a su actividad y emprender un negocio se encuentran con que no pueden acceder a un crédito, ni siquiera abrir una cuenta, porque para hacerlo  las entidades financieras tanzanas les exigen títulos de propiedad. Una calle sin salida para las mujeres a la que se le ha encontrado una escapatoria. 

Se trata del Banco de la Mujer de Tanzania, una entidad pública que, a diferencia de la banca privada tanzana, sólo requiere el documento de identidad y 3000 chelines (lo que equivale a dos dólares) para abrir una cuenta.  Además, no es una entidad excluyente porque, aunque nace con el fin de mejorar la autonomía de las mujeres, los hombres también pueden acceder a esta banca.

En sus casi cinco años de vida este banco ha concedido 13000 préstamos, de los cuales el 86 por ciento ya han sido devueltos en su totalidad. Un signo que, tal y como señala el primer ministro tanzano, Pinda Mizengo, evidencia que este proyecto está sirviendo para crear pequeñas o medianas empresas que están siendo capaces de prosperar y que han sido creadas en su mayor parte por mujeres. 

Es cierto, la columna vertebral del continente africano es la mujer. Su cuerpo, arrodillado, comienza a erguirse. Un primer paso, quizás, para que con ella se acabe levantando África también.






*Puedes escuchar esta crónica en el último programa de Ahora África, emitido por Radiotelevisión Canaria: http://www2.rtvc.es/ProgramacionFVA/8148_AHORA_AFRICA_191013.mp3

martes, 15 de octubre de 2013

Soluciones ante necesidades

Lejos de las capitales, auténticos símbolos donde los gobiernos de los países africanos suelen limitarse a implantar el desarrollo, las zonas rurales ocupan, sin embargo, la mayoría del territorio del continente. Entre las imágenes que nos vienen a la mente cuando pensamos en los pueblos de África, probablemente una en la que coincidamos todos sea la de una mujer que camina por carreteras de tierra con un cántaro de agua sobre la cabeza. Retengan esa imagen porque hoy vamos a hablar de esta realidad y de un invento revolucionario, tanto porque su sencillez contrasta con la gran ayuda que ofrece como porque se trata de una innovación que sí ha llegado a estos lugares tan remotos como tradicionalmente olvidados.


Fotografía de T. Stoddart, Sudán del Sur.-


Si les digo ‘hippo water roller’ a muchos les sonará a chino, pero situémonos: Estamos en África, un continente muy diverso pero donde el agua es considerada en cualquier parte oro líquido. Millones de africanos, principalmente mujeres y niños, caminan diariamente hasta el afluente de agua más cercano. Es un viaje de ida y vuelta que dura varias horas, en el que, al menos la mitad de la travesía, se hace soportando mucho peso, lo que supone además problemas cervicales para estas personas. Pero imaginen que este trayecto no implique daños para la salud y que encima pueda aprovecharse cargando hasta 90 litros de agua. Esto es el ‘hippo water roller’, un rodillo de agua creado en 1991 por los ingenieros sudafricanos, Pettie Petzer y Johan Jonker.

Se trata de un invento que consiste en un barril rodante conectado por un mango al eje del cilindro, de manera que, no sólo cabe más líquido en su interior, sino que para transportarlo sólo es necesario empujar, lo que facilita tremendamente la tarea. Ya en el año 1997 la utilidad de este producto fue reconocida por el Instituto de Diseño de la Oficina de Normas de Sudáfrica, que le concedió el “Premio de Diseño para el Desarrollo”. Hasta la fecha, 33.000 rodillos de agua han sido distribuidos por África Subsahariana, en su mayoría con financiación de donantes.

Recuerden a la mujer con el cántaro en la cabeza de la que hablábamos al principio. Como ella, miles de africanos han visto mejorar su modo de vida tradicional sin que ello implique cambiar la concepción de sus necesidades.



*Puedes escuchar esta crónica en el último programa de 'Ahora África', emitido por Radiotelevisión Canaria: http://www2.rtvc.es/ProgramacionFVA/8148_AHORA_AFRICA_121013.mp3

lunes, 7 de octubre de 2013

Bibliocamellos, el proyecto que une Kenia y Somalia

Estos días el continente africano vuelve a ocupar un espacio concurrido en los medios de comunicación internacionales. El atentado del centro comercial de Nairobi, en Kenia, perpetrado por el movimiento yihadista Al-Shabaab, de origen somalí, ha situado dentro del foco informativo a estos países vecinos ubicados en África Oriental. Sin embargo, la realidad de un territorio nunca abarca solo lo que ocurre en su capital. Hoy nos alejamos de la idea de que sólo las tragedias llaman la atención para hablar de un proyecto desarrollado en la frontera de estos dos países y que, lejos de enfrentar a kenianos y somalíes, los une.


Servicio de bibliocamello/ Imagen tomada de nativod.blogspot.com.-

En las montañas que lindan entre el norte de Kenia y el sur de Somalia, las poblaciones de ambas nacionalidades comparten una zona de difícil acceso y una tasa de analfabetismo elevada. Un problema común al que se ha puesto una solución extraordinaria: Los llamados bibliocamellos.

Ante las dificultades de escolarización de los niños de las familias nómadas que residen en la frontera de los montes del noreste de Kenia, la Biblioteca Nacional de la provincia de Garissa ha llevado a la práctica el dicho si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Tanto es así que han cargado de libros, escritos tanto en Inglés (la lengua oficial) como en Shawili (el idioma tradicional de estas comunidades),
una caravana de camellos que parten desde la ciudad y cruzan el río Tana hasta llegar a las localidades kenianas y somalíes que habitan en las montañas.


Los camellos, a los que en Kenia se les apoda cariñosamente 'buques del desierto', son animales que históricamente han sido usados para la carga de bienes de subsistencia durante largas travesías y que ahora transportan a estos lugares apartados algo tan necesario como la cultura.
Imagen tomada de nativod.blogspot.com.-









*Puedes oír esta crónica en el último programa de radio 'Ahora África', de Radiotelevisión Canaria: http://www2.rtvc.es/ProgramacionFVA/8148_AHORA%20AFRICA%20051013.mp3