martes, 21 de julio de 2015

Música electrónica a la africana

La música electrónica sale a flote en verano más que nunca. Suena más en las radios musicales y es la reina de las pistas de baile más veraniegas: los festivales. Un fenómeno que no pasa de largo ante los países africanos. Allí se sumerge en tambores y cuerdas para crear su propio sonido eléctrico. Es el caso del ‘Ancestral Soul’.


Boddhi Satva / Fotografía tomada de kalamu.com.-
Les presento a Boddhi Satva, el padre del ‘Ancestral soul’. Un nuevo estilo de música electrónica que combina el soukouss congoleño con los ritmos afrocubanos, el R&B y el hip hop. Como resultado se obtiene un sonido house que ciertamente tiene alma ancestral, en tanto en cuanto tiene presente en su creación la herencia musical africana. Una manera de entender la música acorde a cómo se entiende la vida en las sociedades de este continente, donde el pasado forma parte del día a día no como anclaje o retroceso sino como un modo de avanzar que no olvida las experiencias que vivieron los que ya no están.

Ancestral Soul, primer disco de Boddhi Satva.-
Una filosofía que en las llamadas ‘sociedades modernas’ puede chirriar pero que trasladado a la música muestra que el género electrónico y el africano no son antagónicos en absoluto. Tanto es así que el primer disco de Boddhi Satva, que lleva por nombre precisamente Ancestral Soul, le convirtió en el protegido del veterano DJ estadounidense Louie Vega y le abrió las puertas de la casa discográfica Yellow, del reconocidísimo DJ francés Bob Sinclar, tal y como cuentan en una recomendadísima entrevista que Gemma Solés i Coll le hizo a Satva para Wiriko.

Transition, último disco de Boddhi Satva.-
Ya con sello propio, Offering Recordings, este DJ y productor centroafricano ha publicado estaño su segundo álbum, Transition. Un nuevo trabajo al que no sólo ponen voz identidades musicales de países africanos sino también británicas o norteamericanas, como los raperos estadounidenses Georgia Anne Muldrow y Dudley Perkins; el británico Omar Lye Fook (cuya colaboración con Satva aparece al final de este artículo en forma de vídeo); o del lado africano, el congoleño Kaysha; la keniana Karun; el cantante con raíces caboverdianas Nelson Freitas; o el grupo germano-chadiense Les Nubians, que a mí particularmente me encantan y en los que la rutha ya se detuvo en una entrada anterior.

En cualquier caso, tanto con el ritmo como con la voz, Boddhi Satva está de acuerdo con eso de que en la variedad está el gusto. Una opinión que en el continente no es nueva en la medida en que otros estilos de música electrónica como el ‘Azonto’, de Ghana; el ‘Congotronics’, de la República Democrática del Congo; o el ‘Kwaito’ y el ‘Shangaan electro’ de Sudáfrica ya no son ninguna novedad (el ‘Kwaito’, por ejemplo, se remonta a la década de los noventa). Y en realidad no debería extrañarnos que los rudimentales ritmos tradicionales africanos se entendieran tan bien con la moderna electrónica. Al fin y al cabo, no hay lenguaje más universal que la música.

Vídeo oficial de 'Benefit', canción incluida en Transition.

viernes, 17 de julio de 2015

La arena es finita

La arena es finita, y no sólo en forma. Este material procedente de la degradación de las rocas es también un recurso agotable. Es algo que no se tiende a pensar cuando uno está tumbado en la playa, pero lo cierto es que cada vez será más probable que la arena que vemos en las costas provenga de un lugar que no es el que se tiene delante. Ocurre por ejemplo en la playa de las Teresitas, donde cientos de bañistas que se tuestan bajo el sol de Tenerife en realidad están pisando el desierto del Sahara.


Imagen perteneciente al blog de Miguel Ángel G. Yanes.-
La arena de las costas de Tenerife es, en la mayoría de los casos, de color negro. Hasta mediados del siglo pasado la playa de Las Teresitas también tenía este tono; pero sobre todo tenía callaos. No era la zona bañista amplia y concurrida que es hoy; entonces apenas tenía arena y su cantidad iba disminuyendo cada vez más como consecuencia del abastecimiento que de ésta hacían las empresas de construcción. Sin embargo, era el pedazo de costa que quedaba de una ciudad que le había ganado espacio al mar con la creación del puerto marítimo. De ahí que el Ayuntamiento decidiera ir a buscar la arena a El Aaiún, en ese momento colonia española del norte de África. Desde allí se trasladaron 270.000 toneladas de este material que terminaron de sustituir, ya en 1973, el origen volcánico de esta costa por arena del desierto. Una obra faraónica que no tardó mucho en volver a reiniciarse, pero en esa ocasión en el año 1998, cuando el Sahara ya no era español, sino estaba ocupado militarmente por Marruecos, por lo que el pago fue a parar a las arcas del Reino Alauita.

Un carguero con arena procedente de El Aaiún en el puerto 
de Santa Cruz de Tenerife (2011) / Foto: Puente Humano.-

Ahora la cuestión vuelve a desenterrarse en Tenerife y no sólo para Las Teresitas, el norte y el sur de la isla también comienzan a verse afectados por la pérdida de arena, y el Sahara vuelve a ponerse sobre la mesa como solución. La diferencia es que esta vez sería incurrir en la ilegalidad porque en 2002 la ONU estableció que toda actividad económica desarrollada en este territorio "que no responda a los deseos e intereses de los saharauis sería una violación de la Ley internacional”.

En el caso de Canarias, en el que la costa es pilar de la economía, esto no tendría por qué plantearse como una balanza en la que en un lado están los intereses de los canarios y, en el otro, el compromiso internacional o el valor solidario. Sólo hay que mirar lo que funciona en otras partes del mundo, al fin y al cabo, la desaparición de arena es un fenómeno global principalmente porque se requiere de este material para hacer hormigón, que se usa en la construcción de autopistas o edificios; pero también porque contiene silicio, un componente con el que se fabrican móviles y ordenadores. Tanta arena se consume que incluso supera al petróleo.


Trailer del documental Sand War, de Denis Delestrac,  en el que se 
denuncia la sobreexplotación de arena a lo largo del mundo.-

De ahí que en Florida pasara exactamente lo mismo que en Tenerife, pero allí encontraron otra solución: regenerar las playas con vidrio reciclado que, al pulverizarse, actúa exactamente igual que la arena. Y funciona, tanto es así que incluso las tortugas están volviendo a las orillas a poner sus huevos, por lo que no son castillos en el aire. Precisamente se trata de que sigan siendo castillos de arena.


Fotografía de tortugas recién nacidas sacada de la web de la organización
Coastal Care, que defiende el entorno marino /  © SAF.-

domingo, 5 de julio de 2015

Cabo Verde, más de cuarenta años de Islas útero

Primero fueron esclavos, luego su opresión recibió la etiqueta de colonizados, ahora son caboverdianos y este domingo celebran cuarenta años de soberanía. El archipiélago volcánico de Cabo Verde está marcado a fuego por la lírica, en sus orígenes de leyenda y en su independencia, que mucho antes que política fue cultural y vino de la mano de una revista.


La leyenda cuenta que cuando se creó el mundo fueron arrojados diez granos de tierra que el viento se encargó de desperdigar a barlovento y sotavento. Así se dividen las diez islas que forman Cabo Verde, esos deus grazinhos de terra que narra la tradición oral que fueron a caer en el Atlántico, muy cerca del extremo más occidental de África, la península de Cabo Verde, que da nombre a este Archipiélago convertido en país desde el cinco de julio de 1975, cuando dejó de ser oficialmente colonia de Portugal. Sin embargo, cuatro décadas antes de que esto ocurriera la identidad reprimida de los caboverdianos ya había salido a la luz a través de la revista Claridade. Y lo hizo precisamente a raíz de los medios que había puesto Portugal para justificar la necesidad de establecerse en el Archipiélago.

Imagen sobre la esclavitud tomada de
profesor-daniel-alberto-chiarenza.blogspot.com.es.-
Cuando en el siglo XV los portugueses desembarcaron en la isla de Santiago lo hicieron para quedarse. Allí constituyeron la que llegó a ser la ciudad europea más longeva del Trópico, Cidade Velha. Normal, era un chollo, en las islas no había un alma y África estaba al lado repletita de esclavos que transportar hacia América. Así, el Archipiélago macaronésico se convirtió de la mano de Portugal en el lugar ideal para albergar a los esclavos africanos hasta que les llegara el turno de ser vendidos al Nuevo Mundo.

Con el paso del tiempo, el motivo de que Cabo Verde se convirtiera en una tierra desde la que partir ya no era la esclavitud. Desde que fue abolida en el siglo XIX, las generaciones nacidas de colonos y esclavos que ya en ese momento habitaban las Islas, empezó a emigrar en masa hacia América y África. Una emigración que no cesó en tanto en cuanto la sequía y la pobreza no dejaron de asolar a los caboverdianos.

Mientras tanto, la Metrópolis tenía que justificar de cara al sistema internacional la propiedad de unas tierras que estaban a miles de kilómetros de su nación. Por ello hizo de Cabo Verde baluarte de la necesidad civilizadora de los territorios colonizados bajo su bandera. Por ello, ya en 1842 instalaron la primera imprenta en este territorio, para la edición del Boletín Oficial, eso sí, pero que trajo consigo una creciente incitación a la lectura. Además crearon un centro de enseñanza, el Seminario-Liceo de San Nicolau, y hasta una biblioteca en Praia, que hasta bien avanzado el siglo XIX sería la única de toda el África portuguesa. Todo ello fue el caldo de cultivo de los impulsores de la cultura caboverdiana, una rica fuente de creación como vía de escape que, si bien tiene en la música su arrorró, es en la literatura donde reside su despertar. 

Baltazar Lopes, en el extremo de la derecha, y Jorge Barbosa, sentado al medio /
Foto tomada de http://amnhoroque.blogspot.com.es/
Obra del pintor caboverdiano Kiki Lima.-
Como si fueran luciérnagas en la oscuridad, Jorge Barbosa y Baltazar Lopes se pusieron al frente de Claridade. Junto a otros muchos escritores, este proyecto literario que publicaba periódicamente prosa de ficción, sacó a la luz una realidad en la que se reconoció todo caboverdiano, marcada por tres ejes que son un todo: mestizaje, el contraste y la añoranza.  Una mezcla presente de raíz, por sus orígenes fruto de oprimidos y opresores, por las fuentes culturales europeas, africanas y americanas de las que a lo largo de su historia han bebido; y sobre todo por el sentimiento de sodade, esa suspiro que surge tanto al marchar de la tierra natal como al quedarse y soñar con progresar. Por eso, Cabo Verde son islas útero, porque su seña de identidad es el sentir que no hay nada como el calor del hogar y al mismo tiempo desear salir a lo que debería ser la vida. Una mescolanza de contrastes que en el caboverdiano cobra su propia armonía.

La caboverdiana Cesária Évora, madre de la Morna, 
canta a la 'Sodade' en su álbum Miss Perfumade (1992).-