La arena es finita, y no sólo en forma. Este material procedente de la degradación de las rocas es también un recurso agotable. Es algo que no se tiende a pensar cuando uno está tumbado en la playa, pero lo cierto es que cada vez será más probable que la arena que vemos en las costas provenga de un lugar que no es el que se tiene delante. Ocurre por ejemplo en la playa de las Teresitas, donde cientos de bañistas que se tuestan bajo el sol de Tenerife en realidad están pisando el desierto del Sahara.
Imagen perteneciente al blog de Miguel Ángel G. Yanes.- |
Un carguero con arena procedente de El Aaiún en el puerto de Santa Cruz de Tenerife (2011) / Foto: Puente Humano.- |
Ahora la cuestión vuelve a desenterrarse en Tenerife y no sólo para Las Teresitas, el norte y el sur de la isla también comienzan a verse afectados por la pérdida de arena, y el Sahara vuelve a ponerse sobre la mesa como solución. La diferencia es que esta vez sería incurrir en la ilegalidad porque en 2002 la ONU estableció que toda actividad económica desarrollada en este territorio "que no responda a los deseos e intereses de los saharauis sería una violación de la Ley internacional”.
En el caso de Canarias, en el que la costa es
pilar de la economía, esto no tendría por qué plantearse como una balanza en la
que en un lado están los intereses de los canarios y, en el otro, el compromiso
internacional o el valor solidario. Sólo hay que mirar lo que funciona en otras
partes del mundo, al fin y al cabo, la desaparición de arena es un fenómeno
global principalmente porque se requiere de este material para hacer hormigón,
que se usa en la construcción de autopistas o edificios; pero también porque
contiene silicio, un componente con el que se fabrican móviles y ordenadores.
Tanta arena se consume que incluso supera al petróleo.
denuncia la sobreexplotación de arena a lo largo del mundo.-
De ahí que en Florida pasara exactamente lo mismo que en Tenerife, pero allí encontraron otra solución: regenerar las playas con vidrio reciclado que, al pulverizarse, actúa exactamente igual que la arena. Y funciona, tanto es así que incluso las
tortugas están volviendo a las orillas a poner sus huevos, por lo que no son
castillos en el aire. Precisamente se trata de que sigan siendo castillos de
arena.
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Fotografía de tortugas recién nacidas sacada de la web de la organización Coastal Care, que defiende el entorno marino / © SAF.- |
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