Primero fueron esclavos, luego su opresión recibió la etiqueta de colonizados, ahora son caboverdianos y este domingo celebran cuarenta años de soberanía. El archipiélago volcánico de Cabo Verde está marcado a fuego por la lírica, en sus orígenes de leyenda y en su independencia, que mucho antes que política fue cultural y vino de la mano de una revista.
La leyenda cuenta que cuando se creó el mundo fueron arrojados diez granos de tierra que el viento se encargó de desperdigar a barlovento y sotavento. Así se dividen las diez islas que forman Cabo Verde, esos deus grazinhos de terra que narra la tradición oral que fueron a caer en el Atlántico, muy cerca del extremo más occidental de África, la península de Cabo Verde, que da nombre a este Archipiélago convertido en país desde el cinco de julio de 1975, cuando dejó de ser oficialmente colonia de Portugal. Sin embargo, cuatro décadas antes de que esto ocurriera la identidad reprimida de los caboverdianos ya había salido a la luz a través de la revista Claridade. Y lo hizo precisamente a raíz de los medios que había puesto Portugal para justificar la necesidad de establecerse en el Archipiélago.
Imagen sobre la esclavitud tomada de profesor-daniel-alberto-chiarenza.blogspot.com.es.- |
Con
el paso del tiempo, el motivo de que Cabo Verde se convirtiera en una tierra
desde la que partir ya no era la esclavitud. Desde que fue abolida en el siglo
XIX, las generaciones nacidas de colonos y esclavos que ya en ese momento
habitaban las Islas, empezó a emigrar en masa hacia América y África. Una
emigración que no cesó en tanto en cuanto la sequía y la pobreza no dejaron de
asolar a los caboverdianos.
Mientras
tanto, la Metrópolis tenía que justificar de cara al sistema internacional la
propiedad de unas tierras que estaban a miles de kilómetros de su nación. Por
ello hizo de Cabo Verde baluarte de la necesidad civilizadora de los
territorios colonizados bajo su bandera. Por ello, ya en 1842 instalaron la
primera imprenta en este territorio, para la edición del Boletín Oficial, eso
sí, pero que trajo consigo una creciente incitación a la lectura. Además
crearon un centro de enseñanza, el Seminario-Liceo de San Nicolau, y hasta una
biblioteca en Praia, que hasta bien avanzado el siglo XIX sería la única de
toda el África portuguesa. Todo ello fue el caldo de cultivo de los impulsores
de la cultura caboverdiana, una rica fuente de creación como vía de escape que,
si bien tiene en la música su arrorró, es en la literatura donde reside su
despertar.
Baltazar Lopes, en el extremo de la derecha, y Jorge Barbosa, sentado al medio / Foto tomada de http://amnhoroque.blogspot.com.es/ |
Obra del pintor caboverdiano Kiki Lima.- |
La caboverdiana Cesária Évora, madre de la Morna,
canta a la 'Sodade' en su álbum Miss Perfumade (1992).-
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