lunes, 25 de mayo de 2015

La esencia africana

Mucho antes de que existieran las fronteras, durante cientos y cientos de años la expansión bantú fue diseminando la semilla africana continente hacia abajo. Las sociedades que se fueron creando eran todas distintas: su propia lengua, sus propias reglas, hasta sus propios rasgos físicos. Pero en todas ellas había algo de Ubuntu, una manera de entender la vida muy ‘made in Africa’ que todavía hoy sobrevive a los países creados y a las nuevas costumbres. En una tierra extensa y múltiple en contrastes Ubuntu es denominador común, es la esencia africana.



El premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu
fue el presidente de la Comisión Verdad
y Reconciliación, creada en Sudáfrica en 1995.
En 2012 publicó 'Sin perdón no hay futuro',
en referencia a esta concepción de la
reconciliación como motor de convivencia.
Cuando Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Sudáfrica, su país estaba aún diezmado por los efectos del Apartheid. Era necesario solucionar la hostilidad que todavía reinaba en el ambiente y para ello se creó la Comisión Verdad y Reconciliación. En ella víctimas y verdugos se ponían frente a frente; los primeros para ser escuchados, los segundos para enfrentarse a la verdad, confesar sus acciones y pedir perdón. De este modo, quienes perpetraron unas injusticias tan brutales que llegaron a ser declaradas crímenes contra la humanidad, quedaron impunes acogiéndose a la Ley de Promoción de Unidad Nacional y Reconciliación del nuevo Gobierno sudafricano. No hubo juicios, sólo sinceridad, arrepentimiento y perdón. Así fue como Sudáfrica siguió adelante.

La prioridad no era implantar el castigo, sino recuperar la unidad. Para ello se recurrió al pensamiento Ubuntu, una palabra de la lengua xhosa y zulú que procede de un dicho popular que dice “una persona es una persona a causa de los demás”. Es la esencia de África, que no entiende la vida si no es colectivamente, de tal modo que las partes hacen el todo; las habilidades individuales benefician al conjunto de forma que los miembros del grupo a su vez resultan beneficiados. Ubuntu es lo contrario al individualismo y ante las hostilidades de la vida, tan presentes en el continente olvidado, es también supervivencia.

Nelson Mandela explica lo que significa el pensamiento Ubuntu en una entrevista realizada por Tim Modise.-

En Sudáfrica este pensamiento pasó de la palabra a la acción, ante el esfuerzo que cada individuo hizo para poder reconciliarse con la violencia en aras de que todos pudieran vivir en paz. Pero lo cierto es que el Ubuntu no es exclusivamente sudafricano. En Zimbabwe recibe el nombre de Unhu, en Tanzania se le llama Ujamaa, y Obuntu es como se refieren a él en Uganda. Distintas palabras para un mismo modo de entender el mundo que ha sobrevivido a las fronteras impuestas, manteniendo un denominador común africano pese a las particularidades regionales. Así, las diferentes sociedades africanas beben del Ubuntu como si fueran ríos que van a dar al mar. 


Fotografía de Gabriel Tizón.-

martes, 19 de mayo de 2015

Gordos en riesgo de morir de hambre

Ha llegado el calor. Aprieta fuerte, como si quisiera gritar a los cuatro vientos que el verano está a la vuelta de la esquina. Y mientras medio mundo se obsesiona con poder lucir un vientre plano para entonces, en Etiopía un grupo de hombres se prepara para competir por ver quién tiene la barriga más grande. Son los Bodi y ahora mismo se están poniendo gordos pero lo cierto es que corren el riesgo de acabar muriendo de hambre.


Hombres de la etnia Bodi durante la ceremonia Kel / Foto tomada de http://piensoluegobloggeo1b.blogspot.com.es/

Comienza la cuenta atrás para los jóvenes Bodi. En unas semanas celebran el Kel, la fiesta para la que llevan preparándose meses a base de seguir una estricta dieta compuesta de sangre de res, leche y miel, a la que ellos llaman guzzling. Con este alimento consiguen duplicar, incluso triplicar, su peso en como mucho medio año. Los kilos ganados se ponen a prueba durante el mes de junio, cuando se celebra la ceremonia Kel, que da la bienvenida al año nuevo Bodi. Como en cualquier fiesta, todos bailan, comen y toman una bebida alcohólica llamada sholu. A la celebración también acude el chamán, la autoridad encargada de determinar quién es el más gordo del pueblo. El ganador podrá elegir a la que será su mujer y ostentará durante un año (hasta que vuelva a celebrarse lel festejo) el reconocimiento de todos, convirtiéndose en el miembro más destacado de los Bodi.


Para la ceremonia, los aspirantes cubren su cuerpo de arcilla blanca y cenizas, se colocan un tocado en la cabeza y se dirigen caminando hacia el árbol sagrado de su comunidad, lo que supone un gran reto para ellos, dado su peso. Tras el baile de presentación, han de matar a una de sus vacas. Los ancianos del pueblo inspeccionan la sangre y las entrañas del animal para interpretar el futuro que le depara al dueño. / Foto: E.Lafforgue.-

Para ellos, la barriga es un símbolo de estatus social. Cuanto más grande sea el vientre del hombre más posibilidad tiene éste de hacer felices a los suyos. Sin embargo, todo apunta a que estos gordos pronto estarán desamparados. Aunque son un pueblo seminómada, llevan siglos viviendo en el sur de Etiopía. Concretamente en el valle del río Omo, que marca el ritmo de sus desplazamientos. En una región con un clima tan tórrido, su alimentación depende de la crecida del río: Sólo cuando la inundación se retira pueden sembrar los cultivos y poner a pastar el ganado. Esto ha sido así desde siempre, hasta ahora. 

Presa Gibe III / Fotografía tomada de Wikipedia.-
El Gobierno etíope ya está empezando a llenar la gigantesca presa hidroeléctrica Gibe III, construida por la empresa italiana Salini Construttori, al tiempo que han arrendado miles de hectáreas alrededor de la misma a empresas extranjeras de plantaciones, que se beneficiarán del riego que aporte el agua recaudada. En uno de los espacios geográficos con más etnias de África, esto supone reagrupar a unos pueblos con otros; lo que significará más bocas que alimentar y menos alimentos que repartir debido al cambio de régimen fluvial que trae consigo la presa, al poner fin a la crecida anual del río.

Infografía de la ubicación de la presa Gibe III / BBC News.-
Mientras esto ocurre, los Bodi siguen ensanchando sus vientres. Pese a que la constitución de Etiopía garantiza en su artículo 39 el derecho de los pueblos indígenas a “ser plenamente consultados” y a  expresar “sus puntos de vista (…) en los proyectos que les afectan directamente”, muy pocos hablan la lengua nacional y los niveles de alfabetización en esta zona son los más bajos del país, por lo que este pueblo permanece ciego a la información que le afecta. 

Todo apunta a que su fiesta se perderá en la medida en que no llegue la crecida del río. Sin ella, su ganado no podrá pastar y no habrá leche ni sangre para engordar. Si esto ocurre y no se hace nada para evitarlo, que les pille bien gordos y bailando para que al menos puedan sentir mientras dure eso de “barriguita llena, corazón contento”.

Pueblo Bodi al final de la ceremonia / Foto tomada de http://samarcanda46.blogspot.com.es/