martes, 17 de marzo de 2015

Se busca buen gobernante

En estos tiempos de hartazgo generalizado con los dirigentes políticos, no es de extrañar que los ciudadanos estén deseosos de encontrar a un buen gobernante. Lo que es menos común es que se ofrezca una millonaria recompensa por ello. El sudanés Mo ibrahim lo hace a través de la fundación que lleva su nombre y que entrega en África uno de los premios económicamente mejor dotados del mundo.


Mo Ibrahim / Foto de aucegypt.edu
Cuando se produjo el boom de la telefonía móvil, el ingeniero de telecomunicaciones sudanés Mohamed Ibrahim, más conocido como Mo Ibrahim, se percató de que las grandes compañías telefónicas estaban invirtiendo en este negocio por todo el mundo, excepto en África. La pobreza y la corrupción del escenario africano los echaban para atrás, pero para Ibrahim el riesgo de crear un operador de telefonía móvil africano y hacerlo sin tener que pagar sobornos se convirtió en una oportunidad de poner a prueba que otra África es posible. Y así nació Celtel, que “con 20 millones de clientes en 15 países es en la actualidad uno de los operadores de telefonía móvil más importantes de África”.

Infografía de news.bbc.co.uk

Ya multimillonario, este sudanés vendió su empresa y dio un paso más en el cambio de la realidad africana al crear en 2006 la Fundación Mo Ibrahim, que se gestiona sin subvenciones y se dedica a promover una transformación significativa en la gobernanza de los países africanos. Para conseguirlo, esta institución ha desarrollado varias herramientas, como un foro de debate anual que reúne a políticos, empresarios y miembros de la sociedad civil africana, así como a socios e instituciones internacionales; una beca para desarrollar el talento de los jóvenes del continente; o un Índice de la gobernanza en África, con la fuente de datos más completa del mundo sobre la realidad de los países africanos. Una batería de recursos que cada año se ponen en marcha para revisar lo se que ha hecho y promover lo que queda por mejorar.


Pero de todos estos instrumentos, el más suculento es el premio Ibrahim de logros en el liderazgo africano que, con un valor de cinco millones de dólares entregados a lo largo de una década más otros 200.000 dólares cada año, trata de ser concedido anualmente a aquellos líderes políticos del continente que dejen tras de sí un país más próspero, a condición de que lo dejen claro. Hasta ahora, en siete años de vigencia, este reconocimiento sólo ha encontrado cuatro merecedores entre los más de cincuenta países que componen África

H. Pohamba / AFP.-
Hasta ahora. Después de tres ediciones sin dueño, este año el galardón ha sido otorgado al presidente saliente de Namibia, Hifikepunye Pohamba, quien ha dejado el país tal y como constitucionalmente le tocaba y lo ha hecho sin armar ningún alboroto. Aunque lo cierto es que se trata de una transferencia del poder relativa porque en las recientes elecciones el cargo ha vuelto a ir a parar a su partido, el caso es que Pohamba ha dejado el puesto y ha dejado un país mejor del que recibió en 10 de las 14 subcategorías que establece la fundación para definir la buena gobernanza. Así, hoy los namibios tienen mayores garantías de seguridad, Estado de Derecho, participación ciudadana y derechos humanos. No así en economía y desarrollo.

A través de los medios de comunicación, se conoce el continente africano como un territorio de pobreza, inseguridad y corrupción. Así es, África es todo eso pero no todo eso es África, tal y como demuestra cuantitativamente el Índice Ibrahim de la gobernanza africana y cualitativamente tantos otros ejemplos de cambio puestos en marcha por ciudadanos de estos países. Y es que la realidad no es o blanca o negra, ni siquiera la africana.
Fotografía de Mutua Matheka.

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