lunes, 26 de enero de 2015

Las chicas son guerreras

Cuando se habla de grupos de mujeres guerreras se hace referencia a las amazonas de la mitología griega; o a las crónicas en las que los colonizadores de América del Sur describen las historias que han oído sobre unas peligrosas indígenas que viven sin hombres. En menor medida, también son conocidas las Onna bugeisha, mujeres samuráis que protegían sus aldeas cuando los hombres marchaban a la guerra. Y recientemente se ha publicado un estudio arqueológico que argumenta que en las invasiones vikingas también participaron mujeres. Sin embargo, el único ejemplo fehacientemente documentado de un ejército compuesto sólo por mujeres está en África. Son las amazonas del Reino de Dahomey.  


Las amazonas del Reino de Dahomey /Wikimedia Commons.-

República de Benín en el mapa / Foto
extraída de juventudrebelde.cu
Se conoce a las amazonas como un grupo de mujeres guerreras que defienden su territorio. Las descripciones que de ellas se han hecho las definen como independientes, protectoras, despiadadas y peligrosas. Así eran las mujeres del ejército del Reino de Dahomey, que estaba situado en la costa de lo que hoy es la República de Benín.

La historia de este antiguo Estado africano va desde el siglo XV hasta finales del XIX, un tiempo en el que fue capaz de distinguirse por ser un exitoso centro de trata de esclavos; por la omnipotencia de su monarca; y por su avanzada estructura institucional, con sistema de impuestos y ministros que debían ser consultados pese al absolutismo de su rey. En cualquier caso, nada de esto se puede comparar con la que era su mayor distinción: Sus amazonas.

Originariamente en este reino existía un grupo al que se le daba increíblemente bien la caza de elefantes. Eran mujeres. Su habilidad para dar muerte a este animal hizo que el tercer monarca del reino, Aho Houegbadja, se fijara en ellas y las nombrara cuerpo de defensa de la Corona. Con el tiempo su destreza física, su disciplina y su crueldad en la lucha las llevaron a convertirse en una auténtica tropa militar compuesta por alrededor de 5.000 mujeres. Era el ejército de las amazonas del Reino de Dahomey, cuyos soberanos utilizaron especialmente para expandir sus dominios.

Amazona de la monarquía del rey Behanzin (1889-1894) / 
Fotografía extraída de la casadelmundo.com

Cada vez que volvían de una batalla, las mujeres guerreras de Dahomey exhibían las cabezas que habían cortado en sus conquistas. Una acción que para los habitantes de esta región no suponía ninguna salvajada, de hecho no era nada del otro mundo en el sentido mismo de que en su universo, en su sistema de creencias, la vida y la muerte estaban tan unidas que los sacrificios humanos eran una festividad anual

Chica Dahomey / Fotografía de Irving Penn (1967).-
Pero la situación de invasión se dio la vuelta para este reino y cuando los franceses llegaron para conquistar Dahomey se toparon de frente con las sanguinarias guerreras, a las que no pudieron derrotar. Al menos no a la primera, porque finalmente emplearon las tropas de la Legión extranjera y contra ellas no pudieron ni las amazonas, ni el resto de cuerpos militares que empleó este Estado.

El Reino de Dahomey desapareció y su territorio fue suplantado por la bandera francesa. Excepto en lo que respecta a su insustituible ejército de mujeres.

martes, 20 de enero de 2015

El biram, historia de un sonido líquido

¿Se ha preguntado alguna vez cuántos instrumentos conoce? ¿Cuántos sonidos musicales se está perdiendo? O peor aún, ¿cuántos podría no llegar a conocer jamás? Deténgase a pensarlo y comprobará que, incluso cuando el acceso a la información está más a mano que nunca, todavía existen muchos tesoros culturales que la naturaleza no protege sino atrapa, haciéndolos inaccesibles, desconocidos. Como el biram, un instrumento con forma de barca que ha estado a punto de extinguirse, como el lago al que le canta.

Oumarou Adamou (izquierda) y Mamane Barka (derecha)
junto al biram / Foto extraída de http://www.worldmusic.net/

Lago Chad / Imagen procedente
de http://formarlazos.blogspot.com.es/.-
Hoy la rutha se detiene para escuchar el biramSuena a agua porque al agua pertenece. Hasta podría decirse que es un instrumento acuático, y no sólo por su sonido; el biram pertenece a los buduma, un grupo étnico compuesto en su mayor parte por pescadores. Desde tiempos ancestrales, los pescadores buduma del Lago Chad utilizan este instrumento de cinco cuerdas con forma de barca que se construye con madera y piel de la vaca de raza kuri. Para ellos el biram es sagrado porque es Kargila, el espíritu del lago, quien lo protege. Por este motivo no puede hacerlo sonar cualquiera, tiene que ser un maestro, una persona que se haya iniciado en el rito que supone para la etnia Buduma saber tocar este instrumento.

A pesar de la importancia del biram para este pueblo, el elevado coste de los materiales para fabricarlo y la entrada de tiempos modernos hicieron que los jóvenes dejaran de interesarse por él, hasta el punto de que sólo un anciano sabía tocarlo. Se llamaba Boukar Tar y era  un maestro sin discípulos. Así, el biram, que en la lengua de los buduma significa ‘familia’, corría el riesgo de quedarse huérfano hasta que Malam Mamane Barka lo adoptó. No pertenecía a esta etnia, pero le unía a ellos una identidad marcada por la música, de ahí que solicitara una beca a la UNESCO para dirigirse al Lago Chad, al encuentro del maestro buduma y su biram. Y de este modo en 2002, pudo comenzar los rituales de iniciación del instrumento sagrado de los Buduma. 

Mamane Barka / Fotografía de JiVe.-
Cuatro años después, Boukar Tar fallecía y Mamane Barka se convertía en el único maestro conocido del biram. Nunca antes una persona que no perteneciera a esta etnia había tocado este instrumento y nunca antes su sonido había salido de la región de los Buduma. De la mano de Mamane Barka, el biram sonó en festivales de varios países no sólo africanos, también extranjeros, y hasta fue grabado en un disco, ‘Introducing’, con el que se dio pie a que lo conociera el mundo entero.  Ahora, el salvador del Biram trabaja para que no se repita la historia dos veces y su ausencia no implique que se deje de dar vida a este instrumento.

Como todo lo que tiene que ver con el futuro, este objetivo pasa necesariamente por los jóvenes. Por ello, por un lado, quiere facilitar su acceso promoviendo la fabricación de más birams; y por otro, que éstos se introduzcan con otros géneros de música más modernos que se adapten a los gustos de las nuevas generaciones, como ya se ha hecho con la kora o el djembé.

Hay una esperanza para el futuro del biram, todo apunta a que no ocurrirá lo mismo con el lago al que le canta. En la década de los sesenta, el Lago Chad cubría una superficie de más de 25.000 km2. En la actualidad las cifras más positivas hablan de que llega a los 1.000 km2, es decir, ha perdido el 90% de su tamaño. No es sólo cosa del cambio climático, también es causa del  descomunal proyecto de regadío que Nigeria llevó a cabo entre los años sesenta y finales de los setenta, con el que se puso en riego decenas de miles de hectáreas a partir del agua de este lago.

Evolución de la superficie del lago ChadEngr. I. K. Musa, Mohammed Bila, Boubakari Mana and Chaibou Mahaman “Saving Lake Chad 

Si fuéramos budumas podríamos pensar que Karinga, el espíritu del lago, se está asfixiando y que por eso el biram ha estado en peligro. Quizás Mamane Barka sea su último suspiro y con él quiera que, al menos, se salve este instrumento; para que su sonido acuoso de vida al lago que se dejó morir.

Escucha la canción Doro Lelewa, de Malam Mamane Barka.-

viernes, 9 de enero de 2015

Las dos caras de la moneda

Una de las primeras  noticias procedentes de África en lo que va de 2015, es la de un soldado marroquí que resultó herido al pisar una de las minas terrestres diseminadas, por el Gobierno de Marruecos, a lo largo del muro que construyó en el Sáhara Occidental. Y lo que son las cosas, un mes antes de que esto ocurriera se cumplían 17 años del Tratado de Ottawa, por el que más de un centenar de Estados se comprometían a dejar de usar, almacenar, producir y transferir estas minas. Marruecos no firmó este convenio, la mayoría de los países africanos sí. Como Mozambique, que está a punto de ser un territorio libre de minas.


Dos guerras seguidas, una por la independencia de Portugal y una guerra civil, sumaron para Mozambique casi treinta años de conflicto y dos millones de minas terrestres sin desactivar. Es lo que tiene este armamento: Es creado para que dure; la mina no se desactiva porque en 1992 se haya puesto fin oficialmente a la última guerra mozambiqueña porque está diseñada para que dure al menos 50 años. Tampoco está pensada para seguir un orden, ningún tipo de orden. Ni es localizable (suele ser lanzada arbitrariamente desde un avión), ni distingue entre combatientes y civiles.


En azul, los países firmantes del Tratado de Ottawa. / Foto de la Campaña
Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres
(ICBL, por sus siglas en Inglés).-

Ratas entrenadas por APOPO. /
X.Rossi.-
Para esta nueva lucha, Mozambique ratifica el Tratado de Ottawa en 1998 y celebra dos conferencias internacionales para la revisión del compromiso de prohibir las minas terrestres. La última, realizada hace unos meses, concluye con el anuncio de Estados Unidos de que reducirá sus reservas de minas antipersona. Pero para avanzar en la desactivación, el país africano no sólo ha contado con ayuda internacional, también se ha aliado con las ratas. Son las ratas de la ONG APOPO, unos roedores enormes de origen subsahariano que son entrenados para hallar estos explosivos con su olfato y que consiguen examinar hasta 300 metros cuadrados de tierra en una hora. De ahí, que esta ONG situada en Tanzania se dirigiera a su vecina Mozambique para colaborar en la limpieza de minas del terreno. 

En la actualidad, ya son ocho de las once provincias mozambiqueñas las que están libres de minas terrestres. Una noticia que se difundía pocos días antes que la del soldado de Marruecos, también herido por una mina. En cualquier caso, ninguno de los dos acontecimientos tuvo a penas repercusión.

La información es motor de cambio. Para que una realidad se transforme es necesario que se de a conocer, pero cuando ese escenario es eternamente hostil se repudia, se abandona. Por eso es aún más vital si cabe mostrar también un argumento con el que empatizar, la cara menos desgastada para que pueda apreciarse la moneda.

Sofía y Alia Massaca, Mozambique 2007. / G.Sánchez.-