martes, 12 de noviembre de 2013

Lo que esconden los barriles de petróleo ugandeses

En África la tierra es rica en petróleo y está habitada por rostros pobres. Todo el mundo lo sabe, muchas noticias hablan de ello. Uganda es un ejemplo. Desde 2006, este país ha resultado ser una mina de oro negro al tiempo que el Banco Mundial lo sitúa en el primer puesto del mundo en dos rankings: el de población más joven y el de tasa de desempleo juvenil más alta. Un dato este último que seguro guarda relación con que el hecho de que el acceso a la educación es una asignatura pendiente en este Estado africano. Hasta aquí nada nos sorprende, pero lo que sin duda resulta llamativo, aunque el foco internacional no lo haya alumbrado, es que los barriles de petróleo están siendo reciclados para convertirse en ordenadores cargados de contenido educativo multimedia destinado a los jóvenes ugandeses. 



Pozo petrolífero en Lago Alberto/ The Guardian.-
Hace sólo siete años desde que la zona del lago Alberto, en Uganda, se ha convertido en una especie de provincia del petróleo. Y es que de los 104 pozos que hansido explorados en este territorio, 92 han resultado ser productivos, lo que ha hecho que este país africano ubicado en el este del continente alcance una inversión en el sector petrolero de 2000 millones de dólares a través de las explotaciones que se están realizando. Sin embargo, el país sigue siendo pobre. No sólo en renta per capita, sino también en educación: Sólo el 50,2 por ciento de los niños llegan a sexto de primaria, según un informe del Banco Mundial. Esto ocurre sobre todo en las zonas rurales, donde habita la mayoría de la población ugandesa y donde los menores suelen dejar pronto los estudios para llevar algo de dinero a casa.

Niños ugandeses utilizan el 'digitaldrum'/UNICEF.-

Para poner fin a la falta de acceso a la educación, la ONU ha desarrollado un proyecto valiéndose del auge de barriles de petróleo en Uganda. Así, a través de un programa de UNICEF, están dando trabajo a ugandeses fabricando lo que se ha denominado ‘barril digital’ o digital drum, en inglés. Un dispositivo diseñado a partir de un barril de petróleo soldado que contiene un ordenador, teclado resistente al agua y placas solares, puesto que se carga con esta energía. Son auténticos portales de información precargados con contenido multimedia en ámbitos como la salud, la educación y la capacitación laboral. Hasta el momento ha sido instalado en más de 50.000 pueblos de Uganda

Imágenes de UNICEF.-

Este proyecto fue seleccionado por la revista Time como uno de los 50 mejores inventos de 2011. Ante su éxito, las baterías digitales se han extendido a Burundi y Tanzania. Al fin y al cabo, si el dinero del petróleo no sirve para que los jóvenes africanos sean en el futuro adultos menos pobres, que sí sirva que sean al menos personas más ricas en formación.

lunes, 4 de noviembre de 2013

La leyenda de las minas del rey Salomón en África

Al sur del continente africano, entre los ríos  Zambeze y Limpopo, un valle esconde el mayor yacimiento arqueológico del África Subsahariana. Tal es su grandeza, que la ciudad que albergaba esta fortificación en los siglos XII y XVII da nombre hoy a un país entero. Es la fortaleza del Gran Zimbabwe, una construcción tan impresionante que cuando fue descubierta, los colonos prefirieron creer que se trataba de las minas del rey Salomón antes que admitir que los nativos la habían construido.


Con su alto torreón cónico, sus largos y curvados muros de piedra y sus artefactos cosmopolitas, Gran Zimbabwe atestigua la existencia de una próspera ciudad que, en su apogeo, acogía nada menos que a unos 18.000 habitantes y que se cree debió dominar el comercio y la cultura del África meridional. Esta construcción tallada con piedra forma una fortificación que protege una gran torre que, según los expertos, corresponde a un templo elíptico que conecta con un cementerio al que se accede a través de un pasadizo fortificado con numerosas cuevas. Pero más impresionante que la complicada construcción que forman estos elementos es el hecho de que, si alguien habla en el interior de las cuevas de la necrópolis, puede ser oído en el templo, situado a nada menos que cien metros de ésta.


No pocos son los misterios que encierra la fortaleza de Zimbabwe. Cuando los exploradores portugueses recorrían el interior de África para establecer allí las colonias e imponer su civismo frente al salvajismo negro, se dieron de bruces con las enormes dimensiones de esta fortaleza tallada enteramente en piedra. Reconocer que una construcción tan impresionante era obra de salvajes derribaba su argumento civilizador. Por ello recurrieron a la Biblia y se convencieron de que aquella extraordinaria fortaleza tenía que esconder las famosas minas del rey Salomón. Y de hecho, no fueron pocos los europeos que creyeron  que el Gran Zimbabwe no podía ser otra cosa que la desconocida y soñada tierra de Ofir, donde el monarca de la Biblia iba a buscar su oro y piedras preciosas.

Imágenes tomadas de megaconstrucciones.net
En la actualidad, las investigaciones arqueológicas coinciden en que lo más probable es que la historia de esta gran ciudad sea la de la cultura de los primeros shona africanos y de la Edad del Hierro del continente. Algo que los colonos del territorio, por aquel entonces denominado Rhodesia del Sur, se negaban a creer, convencidos de que una obra de tal envergadura no podía haber sido construida por nativos negros. Y precisamente, de esta negación nació la reivindicación que impulsó el movimiento independentista, para el que el Gran Zimbabwe era la prueba fehaciente de que la raza negra no era tan débil como aquellos blancos pretendían hacerles creer. Así, esta antigua construcción sirvió de aliciente para la creación de un nuevo Estado independiente, que ya no se llamaría Rhodesia, sino que a partir de 1980 sería rebautizado con el nombre de Zimbabwe en honor a la fortaleza que les representa.